Muchos han puesto el grito en el cielo. ¿Cómo se atreven los políticos a pagar intérpretes en el Senado, con la que está cayendo, en vez de usar el castellano, lengua que todas sus señorías dominan? Ayer se estrenó la nueva norma. Corrió a cargo de Ramón Alen, senador de Entesa, que habló, en catalán, del abandono escolar, un problema endémico que no distingue lenguas ni autonomías y que sitúa a la educación española a la cola de la Unión Europea. Un problema, en fin, que no se resuelve tan fácilmente y de forma tan barata como ha resuelto el Senado el anhelo de ser un foro territorial en el que tengan cabida todas las lenguas del Estado español. Porque la portavoz socialista del Senado, Carmela Silva, asegura que el precio del nuevo sistema (12.000 euros la sesión) no conllevará coste adicional alguno para la institución porque, entre otras cosas, ya disponía de intérpretes. A cambio, los senadores podrán utilizar en algunos de sus plenos el catalán, el vascuence o el gallego porque sus palabras serán traducidas de manera simultánea al castellano (no, de momento, al resto de las lenguas cooficiales).
Senadores escuchando un discurso con los auriculares Foto: Luis Sevillano |
A falta de una reforma que convierta al Senado en un verdadero foro de representación territorial, un mayor uso de las lenguas cooficiales ofrecerá el espejismo de que la Cámara alta se aproxima a ese modelo que todos defienden y para el que nunca llega el acuerdo. Mariano Rajoy ya ha alertado contra este primer y tímido paso. "Las lenguas están para entenderse", ha dicho para reforzar la negativa del PP a apoyar esta iniciativa de los intérpretes y los auriculares.
Quizá sea más práctico y barato usar solo el castellano, pero abrir las puertas del Senado a las lenguas cooficiales es la aceptación de una realidad social y de la riqueza cultural y lingüística de España. Frente a los que han puesto el grito en el cielo, otros se preguntan por qué se ha tardado tantos años en aplicar un sistema tan sencillo y que promueve la Constitución al señalar que las lenguas españolas deben ser objeto de especial respeto y protección. ¿A alguien se le ocurre una institución común más adecuada que el Senado para avanzar en tal sentido?
Quizá sea más práctico y barato usar solo el castellano, pero abrir las puertas del Senado a las lenguas cooficiales es la aceptación de una realidad social y de la riqueza cultural y lingüística de España. Frente a los que han puesto el grito en el cielo, otros se preguntan por qué se ha tardado tantos años en aplicar un sistema tan sencillo y que promueve la Constitución al señalar que las lenguas españolas deben ser objeto de especial respeto y protección. ¿A alguien se le ocurre una institución común más adecuada que el Senado para avanzar en tal sentido?
Fuente: El País (Análisis: el acento) 19/01/2011
Un artículo sobre el tema publicado hoy en The Guardian http://www.guardian.co.uk/world/2011/jan/19/translation-spanish-senators-five-languages
ResponderEliminarA mi, de la opinión de Rajoy, me llama más la atención que dijera que estas cosas no ocurririan en un pais "normal".
ResponderEliminarNo sé si normal o no, pero en un pais con una realidad plurilingüe (no ya plurinacional), lo más normal del mundo es que los representantes de los ciudadanos se expresen en la cámara donde reside la soberanía del pueblo (o eso pone sobre el papel) en las lenguas habladas y propias de esos ciudadanos. Lo que no es normal es que tantos españoles sigan anclados en el monolingüismo, y lo sigan viviendo como algo "normal", y les resulte tan dificil entender otras realidades con dos lenguas.
Pero en un pais donde "español" sólo es el castellano, cualquier otra lengua (tan española como el castellano) se ve como un obstáculo, en vez de como una riqueza. Además, es estúpido, ya que exceptuando el euskera, el resto de lenguas tienen gran cercanía. No supondría mucho esfuerzo difundirlas y enseñarlas desde la escuela, y que nos pudiesemos entender más sin necesitar pinganillo.
Porque el problema es ése: las lenguas "están" para entenderse, sí. Pero precisamente, las lenguas "están", nos guste o no. El problema no es el coste de los traductores y del "pinganillo", o que todos entiendan castellano. Bueno, sí. Ése es el problema. Si se gastan dinero en pinganillos, es porque a sus señorías no les da la gana de aprender minimamente una lengua tan española como el castellano, como para poder prescindir del pinganillo. Así que si les escandaliza el coste, más escandaloso es la incompetencia y la falta de voluntad de entendimiento. Porque las lenguas están para eso. Para entenderse, no para que sólo le entiendan a uno, y aprendiendolas es como uno puede entender al otro!
Un saludo
Un apunte más :P
ResponderEliminarArticulo de Carod-Rovira sobre el tema:
http://www.avui.cat/noticia/article/7-vista/8-articles/363146-coses-de-lidioma.html
Creo que lo importante es que en la España monolingüe cada vez sea más visible el hecho de que hay otra España que no lo es, y que existen otros idiomas. Pasos como éste van hacia esa dirección.
ResponderEliminarEn lo que al artículo de Carod respecta, resulta curioso que se cuestione la terminología "lengua propia", cuando dicha denominación es una invención nacionalista surgida en la transición. Yo, al igual que él, siempre me he preguntado si en las comunidades monolingües no hablaban ningún idioma...