Siempre se ha dicho que el verdadero deporte nacional de la piel de toro es el criticar, y mucho me temo que sea algo cierto. Independientemente del lugar de procedencia de cada cual, su edad, su orientación política o su oficio (y beneficio), todo español de a pie alberga en su interior una "vieja'l visillo" que gusta de despotricar a diestro y siniestro de todo y de todos. También es cierto que a menudo lo que se critica como algo ajeno, debería hacerse como algo propio. Pero ya se sabe, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio...
Verbigracia, siempre me han maravillado las críticas feroces o el cachondeo general que se forma cuando los españolitos oímos a algún paisano hablar inglés con más o menos gracia, lo cual resulta paradójico si se tiene en cuenta que España es uno de los países europeos con el nivel de inglés más bajo, aunque a veces pueda parecer lo contrario visto lo visto...
Basta con echar un vistazo a los curriculum vítae de cualquiera para poder ver que el nivel de inglés sospechosamente casi siempre es medio o alto (como si nos halláramos en la mismísima Suecia), o ver la frecuencia con la que se dan las ya mencionadas críticas cuando alguien se atreve con el idioma de Shakespeare. Los ya de por sí denostados políticos de nuestro país suelen ser un blanco fácil en este sentido. Muchos de ellos han sido en alguna ocasión objeto de mofa (y de vergüenza nacional) tanto por parte de la ciudadanía como de los medios. Los ejemplos son varios: "Ansar" compartiendo confidencias con su amigo Bush, ZP intentando sin pena ni gloria granjearse apoyos para su alianza de civilizaciones, Ana Botella enumerando ante el COI las maravillas de un Madrid a la espera de unas olimpiadas que nunca llegan o el Mesías Mas (aka President More) explicando en Bruselas la "causa catalana". Sin duda alguna, en el país de los ciegos el tuerto es el rey. No pretende ser este un alegato a favor de la casta clase política, on the contrary, sino una crítica a la hipocresía patria en torno al inglés que parece erigirnos a todos en auténticos hijos de la Gran Bretaña. Criticamos a nuestros políticos, entre otros muchos aspectos, por su bajo nivel de idiomas, olvidándonos de que ellos no son más que un triste reflejo de nuestra sociedad. Es un hecho: en España se habla poco inglés... y mal, así que quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Hete aquí unas muestras del nivel general de inglés en España:
Políticos, deportistas, artistas, azafatos, empleados, parados... Una inmensa mayoría de españoles tiene un nivel de inglés muy bajo o deficiente, y aún y así no resulta extraño que sea precisamente carencia tal un motivo de crítica y/o burla ajena. ¡Toda una contradicción! En conclusión, y echando mano una vez más del refranero castellano, quien a a otro quiere juzgar, en sí debe comenzar. O como se diría en inglés: if you mock the lame, you will go so yourself.
A estudiar todos.
Hete aquí unas muestras del nivel general de inglés en España:
Chuleta de l@s azafat@s del AVE para anunciar las paradas en inglés |
A estudiar todos.
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