Cuando las primeras telenovelas vieron la luz hace unos sesenta años, el contenido local de las mismas era más que evidente, y prueba de ello era el tipo de español que se utilizaba en cada una de ellas dependiendo de su nacionalidad. Sin embargo, vista la proyección transnacional de dicho género, en la última década han proliferado las coproducciones a nivel panamericano, y también transoceánico (principalmente con España), lo que ha desembocado en una progresiva homogeneización del producto que, por supuesto, afecta también al idioma. En efecto, el español utilizado en las telenovelas es cada vez más estándar, y muchas veces sería difícil atribuirle una nacionalidad específica a alguna de estas producciones, dada la casi inexistencia de dialectalismos que hay en los diálogos. Según varios expertos en temas audiovisuales, un recurso de creciente aplicación para mejorar las posibilidades de éxito transnacional de las telenovelas (en el ámbito hispanohablante) es la incorporación de actores y actrices reconocidos en los países latinoamericanos en los que más se desea colocar la novela, como una manera de atraer a los respectivos públicos nacionales. Un ejemplo ilustrador de ello son las telenovelas Made in Miami, realizados con capital estadounidense, pero con actores latinoamericanos (desde México a Chile, pasando por Puerto Rico o Venezuela). De todas maneras, la aplicación de este recurso es también palpable en numerosas producciones venezolanas, colombianas y mexicanas de los últimos años.
A pesar de esta supuesta cohesión del idioma en las telenovelas, la autora argentina Mazziotti, tal y como hemos señalado anteriormente en otro apartado, apunta a que la estandarización del castellano no ha sido siempre sinónimo de éxito comercial, ya que el uso del "vos" y otras peculiaridades del español que se habla en Argentina han supuesto obstáculos que en ocasiones han dificultado las posibilidades de exportación de las series de ese país, y un rechazo general por parte del público argentino ante el uso en sus producciones del tú en lugar del vos, con miras a una futura exportación.Pero no es el español argentino el único “afectado” de dicha cohesión, ya que la variedad peninsular también corre el riesgo de cierta marginación dentro del ámbito hispanohablante; esto se traduce en un bajo consumo de producciones españolas en versión original. Un ejemplo revelador de este fenómeno es el doblaje de series españolas como "Médico de familia", "Compañeros" o "Hay alguien ahí" en español latinoamericano estándar, lo que en cierta medida hace que la balanza de dicho “intercambio lingüístico” sea desfavorable para España. No obstante, este fenómeno de “doblaje innecesario” no es exclusivo de las producciones españolas, ya que en Latinoamérica también se dan estos peculiares casos, aunque en menor medida. Un ejemplo es el de la telenovela colombiana “Betty, la fea”, que fue “(re)doblada” en Puerto Rico al español. La conclusión que se podría extraer de ambos casos (el español y el latinoamericano) es que las telenovelas son un nexo de unión entre las diferentes comunidades dialectales del castellano, ya que permiten la entrada en contacto del espectador con una realidad lingüística ajena a la suya, lo que repercute en una mayor cohesión del idioma. Esta cohesión tiene lugar por parte del público, que oye nuevos acentos, con sus expresiones y vocabulario propios; y por parte de las producciones, que cada vez más usan un registro más estándar del español.Lo que jamás antes pudieron hacer la literatura o el teatro, lo está consiguiendo un género audiovisual que es objeto de constantes criticas y burlas, esto es, la cohesión de una comunidad de casi 400 millones de hablantes en todo el mundo como es la hispana. Dejando a un lado lo comercial y lúdico, la función lingüística que las telenovelas están teniendo en los albores de del siglo XXI debería ser loada por todos aquellos que digan tener en estima el idioma que compartimos, y es que nunca antes en la historia, los dialectos del español habían estado tan unidos dentro de su diversidad; y esto se debe, en gran parte, a las telenovelas.
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