Loba capitolina en Bucarest |
Si uno pasea por las calles de las principales ciudades de Rumanía (y Moldavia), como pueden ser Bucarest o Timisoara, tendrá más posibilidades de encontrarse con estatuas de la loba capitolina amamantando a Rómulo y Remo que en cualquier otro lugar del mundo, incluida la mismísima Roma. Basta con ver este enlace de Wikipedia para darse cuenta de la gran cantidad de réplicas de la Lupoiaca -como se la conoce en rumano- que habita por aquellas latitudes. Algunas de estas estatuas fueron regaladas en su día por Mussolini, y sobrevivieron milagrosamente al régimen de Ceaucescu, de signo político totalmente opuesto al del dictador italiano. Pero, ¿a qué se debe este fervor por la Luperca que va más allá de los ideales políticos?. Sin duda, en ello juega un gran papel el hecho de que Rumania y Moldavia sean una insula separada del continuum lingüístico que conforman el resto de idiomas romances. En otras palabras, el rumano no limita con otras lenguas de su misma familia, sino que lo hace con idiomas tan distintos com el búlgaro, el serbocroata o el ucraniano (de origen eslavo) y el húngaro (de origen fino-ugrio), sin olvidar a los cada vez más menguantes sajones de habla alemana que han habitado durante siglos amplias zonas de Transilvania. Todos ellos, sin embargo, han influenciado a la lengua rumana, sobre todo desde un punto de vista léxico.
En este mapa puede apreciarse que el rumano (situado a la derecha) se encuentra geográficamente separado del resto de idiomas latinos. |
Ruinas dacias en Sarmizegetusa |
Visto el breve periodo de romanización de Dacia en comparación con otras provincias del Imperio romano, parece que la implantación del latín y su posterior evolución y pervivencia como idioma rumano hasta nuestros días se deba más bien a un cúmulo de casualidades o, quién sabe, a la perseverencia de sus hablantes, tal y como han demostrado personajes de importancia capital para el pueblo rumano como Estefan el grande o Vlad Tepes, este último conocido mundialmente por haber inspirado al escritor irlandés Bram Stoker para crear al famosísimo Conde Drácula.
En breve: Moldavia y el secesionismo lingüístico
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