¿Por qué la literatura filipina queda tradicionalmente relegada fuera de los cursos de literatura en español? No hay más que mirar los programas de cualquier universidad europea o americana para entender cuánto de cierto hay en la premisa. Las explicaciones, más y menos complejas pueden ser múltiples, por ejemplo ―ya lo sabemos― a diferencia de la mayoría de países hispanoamericanos, cuyas literaturas sí que se estudian, en Filipinas apenas ni se habla ni se escribe en español desde hace décadas. Sin embargo el abandono de la lengua no debería ser perjuicio para la docencia de su literatura. El asunto es complejo, pero una razón de carácter práctico y otra de carácter teórico pueden vislumbrarse: la primera tiene que ver con el difícil acceso a las obras, que se encuentran en ediciones muy limitadas, en bibliotecas desperdigadas por el mundo y frecuentemente en un estado de conservación precario. La segunda, me temo, tiene que ver con cuestiones de canonicidad y periferia.
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