¿Por qué la literatura filipina
queda tradicionalmente relegada fuera de los cursos de literatura en español?
No hay más que mirar los programas de cualquier universidad europea o americana
para entender cuánto de cierto hay en la premisa. Las explicaciones, más y
menos complejas pueden ser múltiples, por ejemplo ―ya lo sabemos― a diferencia
de la mayoría de países hispanoamericanos, cuyas literaturas sí que se
estudian, en Filipinas apenas ni se habla ni se escribe en español desde hace
décadas. Sin embargo el abandono de la lengua no debería ser perjuicio para la
docencia de su literatura. El asunto es complejo, pero una razón de carácter
práctico y otra de carácter teórico pueden vislumbrarse: la primera tiene que
ver con el difícil acceso a las obras, que se encuentran en ediciones muy
limitadas, en bibliotecas desperdigadas por el mundo y frecuentemente en un
estado de conservación precario. La segunda, me temo, tiene que ver con
cuestiones de canonicidad y periferia.
- El español en las calles filipinas
La pregunta se me ocurrió cuando
trabajando en Mánchester en 2012 me enfrenté en primera persona a lo que era
dedicarse a estudiar literatura filipina en español desde fuera de Filipinas.
El único lugar de Inglaterra donde pude encontrar algún libro de utilidad sobre
el tema fue en la British Library: ni siquiera internet me ofrecía en cuestión
de obras originales más que algún poema en algún artículo de revista. La
Universidad de Michigan tenía ejemplares de libros interesantes digitalizados,
igual que la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España,
sin embargo había que saber exactamente qué se buscaba para introducirlo en el
buscador y hallarlo. ¿Qué podía hacer el hispanista potencialmente interesado
en la literatura filipina? Poco más que ir a la Biblioteca Nacional del país de
turno para encontrar el Noli me tangere y quizás con suerte el libro
de Luis Mariñas Literatura filipina en castellano (1978).
Viéndome en esta tesitura y
habiéndome licenciado en la Universidad de Alicante, alma mater de la
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, procedí a consultarla con esperanza. La
Biblioteca Virtual es un proyecto de la Universidad de Alicante y el Banco
Santander que despegó en 1999 y que hoy alberga más de 195000 registros
bibliográficos organizados en portales de países, temáticos y de autores que se
pueden encontrar en este enlace: www.cervantesvirtual.es .
Efectivamente encontré las novelas de Rizal y algunos artículos de Cuadernos
hispanoamericanos sobre el contexto filipino en los últimos años de la
colonia, pero me sorprendió observar que no albergaba portal temático alguno
dedicado a Filipinas. Fue entonces cuando me puse en contacto con los
responsables de biblioteca misma. Y así surgió el proyecto del portal sobre
literatura filipina en español.
Antes había conseguido con mucho
sudor de mi frente y mucho dinero gastado en libros comprados online, hacerme
una composición de lugar de lo que era la literatura filipina, e incluso
escribir algún artículo sobre el tema y dar un par de charlas en congresos. Aun
así, para la tarea de selección de obras que serían incluidas en el portal
necesitaba dos cosas: la primera tener acceso a los libros, y la segunda,
contar con la supervisión y la colaboración de un experto filipino. Así me puse
en contacto con la Universidad de Filipinas (UP), donde trabajaba María Elinora
Peralta-Imson, autora de varias ediciones de literatura filipina en español y
de artículos sobre múltiples autores en la enciclopedia del Centro
Cultural de Filipinas (CCP). Conseguí una beca de intercambio para viajar a
dicha universidad, y dedicarme a la selección y la reproducción de obras
durante mis dos meses de vacaciones, que pronto se revelaron insuficientes. La
profesora Imson revisó y amplió la nómina inicial de autores y me aconsejó
lugares donde buscar los originales, que sorprendentemente tampoco eran nada
fáciles de encontrar en Filipinas.
Entonces fue cuando nos
enfrentamos a las peliagudas cuestiones de canonicidad y periferia que ya
atisbaron al plantearme la pregunta inicial. Observamos que de los muchos
autores que aparecen en el libro de Mariñas ―muy sucinto en su planteamiento de
ofrecer una nómina de autores y pocas explicaciones, y que en ocasiones
introduce en esta nómina autores que apenas publicaron algún poema o artículo
de opinión en alguna revista perdida― solo unos pocos se repetían en las
diferentes antologías a nuestra disposición y acaparaban los premios Zóbel. Los
escritores en cuestión solían tener además de textos literarios publicados,
papeles políticos destacados, bien como líderes revolucionarios durante la
guerra o bien como gobernantes en los años posteriores a 1898. Empezaba a ser
más que evidente que el factor político fue determinante en la creación de una
nómina fundamental de escritores que se estudiaban en la universidad y sobre
los que se hacían tesis en el único centro académico donde se imparten estudios
de grado y posgrado de español (UP, en su campus de Diliman).
Sin embargo, y siendo la
biblioteca algo generalista, diseñada para que el curioso o el hispanista
interesado tenga una primera toma de contacto con la literatura filipina, nos
pareció pretencioso comenzar rompiendo cánones ―ya bastante los rompíamos
dedicándonos a la literatura filipina en español―, así que, teniendo en cuenta
que estando en línea se podría ampliar la nómina inicial de autores en un
futuro, decidimos plegarnos a las convenciones vigentes hasta el momento y
ceñirnos en principio a los autores laureados con premios y repetidos en
antologías. Así llegué ―Elinora se descolgó del proyecto tras los primeros
meses por problemas de salud, falleciendo en agosto de 2014— a la lista inicial
de 50 obras. La lista está limitada por cuestiones de derechos de autor. En Filipinas
los derechos de autor expiran 50 años después de la muerte del mismo, con lo
que quitando contadas excepciones en las que contacté con los herederos para
poder publicar las obras (Jaime C. Veyra, Adelina Gurrea y Antonio Abad), nos
hemos ceñido a esta fecha: obras de autores fallecidos hasta 1964, siempre que
sus obras estuvieran publicadas en Filipinas (de otro modo se tendría que
aplicar la ley española o del país correspondiente).
El resultado es el portal de
«Literatura filipina en español» de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,
cuya dirección electrónica es la siguiente: <http://www.cervantesvirtual.com/portales/literatura_filipina_en_espanol>.
Se trata de una web con vocación referencial y aglutinadora. Pretendemos
concentrar en un solo sitio materiales que estaban dispersos por la red, así
como reproducir obras que en su estado físico se estaban perdiendo. Además, los
textos son contextualizados con introducciones y referencias a artículos
académicos. La lista ha crecido con algunos textos históricos sobre Filipinas
que había previamente en la Biblioteca Virtual y que hemos decidido centralizar
en este portal.
Con la ampliación de títulos de
la reducida lista inicial, nos encontramos con el problema de la clasificación
por géneros: a pesar de que esta página web está centrada en la literatura
escrita por filipinos, incluye muchas obras relacionadas con el tiempo y el
lugar en el que ellos escribieron que no encajarían en la definición
«literatura filipina en español». Por esta razón decidimos crear tres
secciones: una llamada «textos literarios» en la que se incluyen obras
narrativas, dramáticas, poéticas y también ensayísticas escritas por filipinos
y que tienen un objetivo preeminentemente literario o de divulgación
periodística. En «Crónicas, biografías y libros de viaje» se incluyen textos
escritos principalmente por españoles entre el siglo XVII y
la II Guerra Mundial, cuya voluntad estética y perspectiva subjetiva
los sitúan en un terreno mixto entre el texto literario y el informativo. Su
presencia en el portal es, sin embargo, indiscutiblemente relevante, ya que nos
da observaciones de primera mano de las distintas facciones que vivieron la
Filipinas colonial y el principio de la postcolonial. En la sección de «textos
no literarios» encontramos estudios y escritos de carácter legal, sociológico,
estadístico, científico, didáctico, etcétera, escritos mayoritariamente en época
colonial (española o estadounidense) por españoles y filipinos, que tienen una
intención muy claramente divulgativa y raramente literaria, con lo que no
encajarían en el género ensayístico y por tanto entre los textos literarios.
En cuarto lugar, los llamados
«estudios» son artículos críticos recientes (a partir de la segunda mitad del
siglo XX) aparecidos en publicaciones que tienen convenio con la
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y catalogados en la misma. Para otros
estudios relevantes no catalogados en la Biblioteca Virtual se puede consultar
la sección «bibliografía», que pretende precisamente ampliar el elenco de
estudios críticos sobre literatura filipina en español. La sección de
biografías se ha limitado a enumerar algunos hitos de los escritores filipinos
que aparecen en el portal (fuera de la sección estudios).
¿Por qué la literatura filipina
queda tradicionalmente fuera de los estudios hispánicos? Se me ocurre que la
escasa exposición del hispanista a los textos filipinos y la dificultad para
encontrarlos sean parte del motivo, el arranque de un círculo vicioso.
Filipinas está de moda en España. Que yo sepa, tres editoriales están
reeditando clásicos filipinos. Hay exposiciones, noticias y algunos
investigadores especializados repartidos por la faz de la tierra. Este es un
portal con muchos aspectos que mejorar, pero la ventaja de lo online: que se
puede añadir y modificar y seguir vivo mientras vayamos teniendo acceso a más
obras, tiempo para digitalizarlas y vayan surgiendo estudios nuevos o, quién
sabe, obras nuevas. Ojalá sirva para facilitar la labor de estos investigadores
y para contribuir a crear nuevas curiosidades sobre el país asiático. Estén
atentos.
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
Comentarios
Publicar un comentario