Cuando Miguel López de Legazpi inició la conquista de Filipinas en 1565, el archipiélago asiático pasó a ser administrado por el Virreinato de Nueva España. Dicha situación se prolongó en el tiempo durante más de dos siglos hasta que en 1821, tras la independencia de México de la Corona hispánica, Filipinas pasó a ser gobernada directamente desde la España peninsular. Durante este periodo, y hasta 1869, las comunicaciones en barco entre la península y el archipiélago filipino se realizaban a través de la antigua ruta oriental de las Indias portuguesas, es decir, rodeando el cabo de Buena Esperanza en el sur del continente africano y surcando luego el océano Índico en una travesía de unos 130 días de media. A raíz de la inauguración del canal de Suez en 1869, la comunicación marítima entre la metrópolis y su colonia se vio reforzada gracias a la sustancial reducción del tiempo que suponía hacer uso de dicha infraestructura. Así pues, en 1873 se inauguró una línea regular que unía Ba
Mi cajón de sastre particular: idiomas, viajes, libros, historia, videojuegos, música...