Plaza de Macedonia, Skopie |
Mucho se ha escrito de la delicada estabilidad de Bosnia-Herzegovina o Kósovo, lugares donde las heridas surgidas durante la guerra entre las diferentes etnias que conforman dichos países aún no han cicatrizado ni se espera que lo hagan en un futuro demasiado cercano. Sin embargo, la Antigua República Yugoslava de Macedonia (nombre oficial del estado, tras las quejas por parte de Grecia) lleva años sumida en una latente tensión étnica de la que poco se habla a nivel internacional. Macedonia tiene una población de cerca de dos millones de habitantes, de los cuales un 70% son macedonios (eslavos de religión ortodoxa), un 25% son albaneses (de religión musulmana) y un 5% de otras minorías, como gitanos, turcos o serbios. De este modo, la lengua materna de 1,4 millones de habitantes es el macedonio, idioma eslavo fuertemente emparentado con el búlgaro, hasta tal punto de que muchos lo consideran un dialecto de aquél. Por su parte, el albanés es hablado por cerca de 500.000 personas, el romaní por unas 120.000 y el turco por unas 80.000.
Barrio albanés de Skopje |
A tenor de la tensión velada que se palpa en el lugar, parece que la mayor parte de las buenas intenciones plasmadas en el acuerdo de alto al fuego alcanzado en 2002 ha quedado en papel mojado. Prueba de ello son los choques armados entre el ejército macedonio y milicianos albaneses que tuvieron lugar en 2015. No ayudan tampoco a mejorar la situación las políticas emprendidas por el actual gobierno conservador de Macedonia, cuyo máximo exponente es sin duda el conocido como plan "Skopje 2014". Este proyecto, tal y como se ha apuntado anteriormente, pretende engalanar la capital con edificios y estatuas monumentales con la finalidad de embellecer una ciudad como Skopie, que sufrió cuantiosos e irreparables daños en 1963 a raíz de un violento terremoto, y de recalcar una falsa identidad nacional de estirpe helénica, que excluye de facto a la minoría albanesa del país, y que pretende, a costa de elementos ajenos, dar a Macedonia una identidad diferenciada de Serbia, país que ejerce un más que evidente poder blando en el lugar, y de Bulgaria, país con el que comparte, según muchos lingüistas, el mismo idioma.
Plaza de Macedonia en Skopie. Al fondo se aprecia la estatua "Guerrero a caballo" que recuerda sospechosamente a Alejandro Magno a lomos de su caballo Bucefalo |
ResponderEliminarDescubrir Macedonia es sumergirse en un crisol de culturas, donde la historia se entreteje con paisajes cautivadores y una calidez humana única. Un viaje inolvidable lleno de sorpresas encantadoras.